La importancia de tener un compañero de entreno (Gym Sis, Bro)
Vamos hablar de la oxitocina, es un neuropéptido que se estimula cuando hay confianza y amo. Juega un papel clave en la cognición social, en los comportamientos sociales y en el condicionamiento del miedo, que son importantes en la ansiedad social, así como en otros trastornos con deterioro del funcionamiento social.
La oxitocina actúa centralmente dentro del cerebro para controlar el comportamiento. Una de las formas más prometedora de aumentar la oxitocina de manera natural es con el ejercicio e interactuando socialmente con personas con las que desarrollamos vínculos afectivos y de confianza.
Un estudio realizado en la universidad de Aberdeen, concluye que: tener un compañero de ejercicio aumenta la cantidad de ejercicio que hacemos. Los investigadores descubrieron que encontrar un compañero de ejercicio aumentaba la cantidad de ejercicio que hacían las personas. Esto se incrementó aún más cuando el compañero fue un apoyo emocional.
Además la Dra. Rackow encargada de la investigación agregó: "Una vez que descubrimos que tener un nuevo compañero de ejercicio aumenta la frecuencia del entrenamiento. Nuestros resultados mostraron que el apoyo social emocional de los compañeros fue el más efectivo. Por lo tanto, es más importante animarse unos a otros que hacer el entrenamiento juntos "
Razones para tener un compañero de entrenamiento
Mayor compromiso con los objetivos
Te obligará a entrenar más duro
Es más seguro (levantar más pesado)
Te mantendrás más motivado
Los días difíciles te ayudarán a cumplir con disciplina
Reglas de oro para un Gym Bro/ Sis
Agradecele al final de cada entreno por haberte ayudado a darlo todo.
Entrena y despídete como si fuera el último entreno, algún día será así y lo vas a recordar como el mejor entreno.
¡Gracias a todos con los que he tenido la fortuna de poder entrenar!
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Pamela Rackow, Urte Scholz, Rainer Hornung. Received social support and exercising: An intervention study to test the enabling hypothesis. British Journal of Health Psychology, 2015; 20 (4): 763 DOI: 10.1111/bjhp.12139